29 de agosto de 2011

Las 7 fases del vuelo de un globo

Esta es la descripción de un traumático proceso que casi todos hemos vivido alguna vez de pequeños. A continuación: Las fases de la pérdida de un globo. ¿Cómo se me ha ocurrido escribir sobre esto? No se, he visto un globo.

Para entender bien lo que pretendo contaros, tenéis que retroceder en el tiempo y volver a vuestra infancia...

(Ois el sonido de Flashback y mientras yo os explico que durante el resto de la entrada hablaré en segunda persona del singular, para que podáis abstraeros mejor y meteros en el papel)

Eres un niño de cinco años (O una niña, da igual, eres tú con cinco años). Estás dando un paseo con tus papás, realmente hace un día genial. De pronto aparece un vendedor de globos, tú por supuesto se lo pides tus papas. Normalmente no te lo comprarían, pero justo ese día algún tipo de alineación de los astros hace que tus padres se miren, miren al vendedor, te miren a ti y a tu cara de ilusión, se vuelvan a mirar y digan "De acuerdo, pero solo hoy ¿Cuál quieres?".
Tú ya eres feliz, finalmente escoges ese tan bonito con forma de delfin, sin duda el globo más bonito del puesto y probablemente del mundo. Ahora comienzan las fases de su vuelo:

0*. Mamá te sugiere que te ates la cuerdecita a la muñeca para que no se te escape. ¡Pero tú quieres llevarlo en la mano! ¿Qué gracia tiene llevarlo atado a la muñeca? Nada, nada... No la haces caso.
(*Como siempre, la fase 0 es opcional, porque no todo el mundo tiene una madre con esas ideas)

1. Empieza el drama, el corazón te da un vuelco. Acabas de soltar el globo sin querer, el cual empieza su ascenso.

2. El globo todavía no está demasiado alto, tu papá aún puede cogerlo y salvarlo. Pero no lo hace, ni siquiera es consciente de la situación, ni de la terrible escena que está teniendo lugar a escasos metros de donde el está, hablando tranquilamente con mamá.

3. El globo ya no está al alcance de papá. Pero aún podría llegar Yao Ming y agarrarlo de un salto. Por desgracia Yao Ming no está por allí, ni siquiera tienes su teléfono. Aunque daría igual porque vive en Estados Unidos y tampoco le daría tiempo a llegar. De hecho no sabes quién cojones es Yao Ming, tienes 5 años.
Pero ahora todo eso da igual, porque el globo ya está en la fase 4.

4. La única posibilidad de salvar a Delfi el delfin-globo es que alguien de alguna casa se asome a la ventana o al balcón y lo coja. Pero eso nunca sucede. Sólo contemplas con lágrimas en los ojos y sentimiento de resignación como tu querido amigo Delfi te abandona, para no volver jamás.
La duración de la fase 4 es variable. Depende de la altura de las casas de la zona en la que estás. Por ejemplo, si vives en Getafe esta fase dura unos 5 segundos, mientras que si vives en Manhattan puede durar unos cuántos minutos.

5. En esta fase ya has perdido casi toda la esperanza, el globo asciende sin obstáculos hacia la estratosfera. La única esperanza es que pase un avión y algún pasajero lo coja. Pero eres un niño, no estúpido. Sabes que eso casi nunca pasa. Además, si pasase ¿Cómo haría el tipo ese para ponerse en contacto contigo y devolvértelo?

6. Fase del odio. En tu mente solo queda odio. Odias a tu madre, por no haberte convencido de atarte el globo en la muñeca. Odias a tu padre por no haber salvado el globo cuando aun podía. Si supieses quien es, odiarías a Yao Ming. Odias a todos los malditos habitantes de ese barrio de mierda de insolidarios que no se asoman por la ventana por si a un niño se le escapa un globo. Odias al capullo del avión que se ha quedado con tu amigo Delfi y no tiene intención de devolvértelo. Pero sobre todo, aunque no quieras admitirlo, te odias a ti mismo, porque en el fondo sabes que la pérdida de lo mejor que te había pasado nunca es culpa tuya, no tienes motivos para vivir...

7. Fase de la entrada de blog. Han pasado 15 años. Tienes 20, estás en el campo de fútbol viendo un partido aburridísimo contra el Levante, de pronto levantas la mirada y ves un globo, probablemente de algún niño que lo acaba de perder. Todas aquellas sensaciones que creiste haber olvidado vuelven a tu cabeza y te das cuenta de que has suspendido exámenes, sufrido desengaños amorosos, comido pipas amargas, perdido iPods, perdido los cuartos de la UEFA contra el Bayern en el último minuto. Pero ninguna de esas cosas te hizo llorar tanto como la pérdida de Delfi...

19 de agosto de 2011

El Códice Calistino y el astronauta vasco

En mi última entrada me dejé dos teorías en el tintero, lo prometido es deuda, aquí están.

La  desaparición del Códice Calixtino

Como sabréis, hace poco más de un mes desapareció de la catedral de Santiago este valioso objeto. Todos los que me conozcáis, sabréis de mi naturaleza detectivesca. Es esta faceta mía la que me ha obligado a indagar acerca de la naturaleza de esta misterioso evento ¬¬J ("¬¬J" Es mi cara de detective: "¬¬" son las cejas pensativas con el ceño fruncido y la "J" es la pipa de detective)

Pues detectiveando detectiveando he llegado a la única conclusión lógica, os la explicaré:
¡El Códice NO FUE ROBADO! ¡Lo tiene uno de los curas de la catedral! Pero él no lo robó, al menos no lo hizo con esa intención. La cosa debió ser así.

Sea un cura x que "trabaja" en la catedral de Santiago c(S) de nombre y apellidos desconocidos. Lo llamaremos Padre Pancracio.
Una mañana Padre Pancracio estaba en la catedral de Santiago trabajando o rezando o esas cosas útiles que hacen los curas... En un momento de aburrimiento vio el Códice y se dijo "Voy a inspeccionarlo un poco" y se puso a leerlo. Está tan bien escrito, sus ilustraciones son magníficas y ¡Qué decir del argumento! Padre Pancracio quedó absorto en su lectura, perdió la noción del tiempo. No había leído nada parecido desde "La Sombra Del Viento".

Cuando quiso darse cuenta, se le había hecho muy tarde y el jovencísimo sacristán de la catedral (Al que llamaremos Sacarino) le estaba diciendo que cerraban, que tenía que irse. Padre Pancracio que estaba completamente enganchado con el Códice lo cogió y lo puso bajo sus faldones, el libro también, a este último se lo llevo a casa con la intención de leerlo esa noche y al día siguiente levantarse temprano y devolverlo antes de que nadie se diera cuenta.
Pero a la mañana siguiente, el despertador traicionó al Padre Pancracio, además se había pasado toda la noche leyendo. Cuando despertó y vio lo tarde que era se puso pálido, se vistió a toda velocidad, cogió el libro y salió escopetado hacia la catedral. "Que no se hayan dado cuenta, que no se hayan dado cuenta, por favoooor" pensaba para si mismo.
Al llegar a la Plaza del Obradoiro respiró tranquilo, todo parecía normal; no había nada precintado, ni medios de prensa, ni cosas por el estilo... Solo un policía (Al que llamaremos agente Filemón) hacía su ronda matutina.
Padre Pancracio aliviado se disponía a entrar por la puerta de la catedral cuando se dio de bruces con otro de los curas, al que llamaremos Padre Otilio. Venía muy acalorado, sudando, muy preocupado. Padre Pancracio se temió lo peor porque esa suele ser la reacción de la gente que descubre que han robado el Códice Calixtino, su sospecha se confirmó poco después.

+¡¡AY PANCRACIO!! ¡¡¡AAAAY PANCRACIO QUE DESGRACIA!!! ¡QUÉ DESGRACIA TAN TERRIBLE!
-¿Qué es lo que sucede, padre Otilio?
+¡ALGÚN DESALMADO ALIADO DEL DEMONIO Y DE IZQUIERDA UNIDA! ¡¡ALGUIEN HA ROBADO EL CÓDICE!!
-¡Oh! ¡No! No se preocupe padre Otilio porque lo cog...
+¡¡¿¿QUÉ NO ME PREOCUPE??!! NOS ROBAN UN OBJETO SAGRADO DE VALOR INCALCULABLE ¡¡Y ME DICES QUE NO ME PREOCUPE!!

-Pero padre Otilio, lo que intento decirle es que no lo han rob...
+¡¡¡¡POLICÍA!!!! ¡¡¡POLICÍA!!! ¡¡AGENTE, POR FAVOR!!
 En esto que acerca el agente Filemón:

=¿Qué sucede, padres?
+¡¡Nos han robado!! ¡Nos han robado el códice!
=¡¡SANTA MADRE DE DIOS!! ¡CENTRAL! ¡AQUÍ FILEMÓN! ¡ESTOY EN LA CATEDRAL! ESTO ES MUY GORDO, MANDEN A TODAS LAS UNIDADES, EL EJÉRCITO, LA PRENSA, LOS JEDI Y LA MADRE QUE LOS PARIÓ.
Luego dirigiéndose al padre Pancracio:

=¿Usted sabe algo? ¿Ha oído algo? ¿Alguna pista para que podamos encontrar a esos cabrones y cortarles los huevos?
-Eeeeeh... ¿Yo? Nooo, que va...

Y así es como sucedió. Padre Pancracio fue incapaz de confesar, decidió que lo devolvería cuando se enfriase un poco todo el asunto. Si aun no lo ha devuelto, es o porque aún está demasiado reciente todo o porque aún no se lo ha terminado.

Como distinguir a un astronauta vasco

En la siguiente imagen, se ve varias veces la misma escena de un encuentro entre un astrounauta y un alienígena. En una de esas escenas, el astronauta es vasco.


Esto es una chorrada que se me ocurrió el otro día en el Museo de las Ciencias de Valencia, no va con ánimo de ofender a nadie.
El dibujo no es mío, lo encontré buscando en en Google Imágenes en esta dirección: http://www.sciencephoto.com/media/81139/enlarge.

Realmente esta entrada la escribí hace 17 horas y la dejé programada... Ahora mismo estoy en un avión de camino a... ¡¡Nueva York!! Volveré en una semana. ¡Pasadlo bien!

17 de agosto de 2011

Sigo de vacaciones (Teorías)

Bueeeenas tardes, querida gente. Acabo de volver antes de ayer de Valencia, mi lugar habitual de veraneo. He pasado una semana allí y no ha podido ser más catastrófica mi vuelta, no podéis ni imaginaros:
Mi girasol está pocho, no creo que sobreviva; no hay tele en todo el edificio, tampoco es para tanto, solo hablan de la puñetera JMJ; no va el agua caliente; el bajo está desafinado y lo peor de todo, HAN CADUCADO MIS NATILLAS DE CHOCOLATE.

Cambiando de tema, de chorradas normales a estupideces sin sentido: Durante todo este tiempo que he estado sin escribir, mi cabeza se ha dedicado a elaborar unas cuantas teorías, algunas más normales, otras no tanto, allá van:

Meterse en el agua en la playa

Esta, más que una teoría es una descripción de un proceso. Sin duda, meterse al agua en la playa es uno de las más complicados retos por los que ha de pasar un ser humano a lo largo de su vida.

0*. Hay que levantarse de la toalla, eso puede llegar a ser muy difícil sobre todo si has encontrado la postura adecuada y cómoda de estar tumbado. Ir con algún familiar o amigo cabrón que te eche agua por la espalda mientras tomas el sol, puede facilitar la tarea.

1. Meter los pies en el agua. En mi opinión, este es el paso más fácil porque a medida que te acercas al agua, la arena está cada vez más fresquita y humeda, además, a todos nos gusta mojarnos los pies.

2. Primer avance, hasta meter casi toda la pierna. Este paso es más bien un trámite, no tiene mucha dificultad, solo es andar y andar, a medida que el agua nos cubre más, hemos de tener cuidado con las olas, intentar que al darnos no salpique, no queremos que se mojen prematuramente nuestros puntos críticos. Puede que hasta tengamos que saltar un poco en los momentos finales de este paso.

3. Primer punto crítico (En hombres, nunca he sido mujer, no se como es este punto para ellas). Caballeros, el momento que todos temíamos a llegado, nuestros preciados huevecillos se van a mojar. Es un momento de lo más crítico, porque hasta ahora ellos estaban ahí de lo más agusto en esa redecilla que llevan los bañadores a modo de calzoncillo, de pronto les empieza a entrar agua, casi les puedes oir gritar "¡AUXILIOOO! ¡NOS AHOGAMOS! ¡ESTO ESTÁ MUY FRÍÍÍO!!". Durante unos segundos tu voz se torna mucho más aguda y tú lenguaje mucho más obsceno, es como oir a Mickey Mouse en el fútbol.
Tras el primer punto crítico, ya hemos perdido nuestra hombría, creemos que lo peor ya ha pasado, sin embargo no es así. Lo peor está por llegar.

4. Segundo punto crítico, lo que viene a ser la panza. Meter la barriga en el agua es más o menos igual de crítico que meter los cataplines. Con el añadido de que mientras estás metiendo la tripa, a la vez estamos notando como se nos encogen cada vez más los huevecillos, por lo que es doble tortura.

5. El pecho. No se si considerarlo una prolongación del segundo punto crítico (Porque sigue siendo el tronco) o un tercer punto crítico (Porque su núcleo no está en la barriga, sino en los pezones). Desde la caja torácica hasta los hombros, este paso es sobretodo incómodo, aquí nos damos cuenta de que si no hubiésemos llevado los brazos en alto y los hubiésemos llevado pegados al tronco todo sería mucho más fácil, pero no, ahí están; arriba, al sol, secos y calientes. Según avanzas el agua se va acercando a nuestros preciados y delicados pezoncillos, cuando el agua los cubre se repite el incidente de Mickey en el fútbol. Solo quedan los hombros. Valor, visitante accidental, ¡¡Valor!!.
¿Ves? No era tan complicado, fueron más difíciles los pasos 3 y 4.

6*. La cabeza. Hay dos métodos:
-Método "PuesYaQueEstamos": Tras acabar el paso 5, decimos "Pues ya que estamos..." Tras lo cual, metemos la cabeza. Como ya nos hemos mojado todo el cuerpo, esto no nos cuesto.
-Método "ÁnimoÁnimoEstoVaADoler": Tratamos la cabeza como otro punto crítico más, realmente tenemos que mentalizarnos bien con lo que va a pasar. Porque sabemos que va a doler.

Hay que puntualizar una cosa. Estos 6 pasos se viven de forma diferente en las playas del clima mediterráneo que en las de clima atlántico.
En las mediterráneas, los momentos de sufrimiento duran poco y solo están provocados por el contraste de temperatura que supone meterse en el agua, pero en cuanto estás segundos en el agua, te olvidas. Aquí es donde se usa  el Método PuesYaQueEstamos, porque el agua es una sopa y no es difícil meter la cabeza.
En las atlánticas el sufrimiento es constante, los cataplines y los pezones alcanzan el mismo tamaño, dureza y textura, es lógico deducir que aquí usamos el segundo método para la cabeza.

Aclaraciones:
0*: Este paso es opcional, no tenemos porque estar tumbados en la toalla, podemos venir de dar un paseo o acabar de llegar de casa.
6*: Tambiénes opcional, no hay por qué meter la cabeza. Sobre todo si llevas las lentillas puestas o eres una señora.

Pasamos a la siguiente teoría:
Plan para no hincharse en comidas familiares en las que intentan cebarte para servirte de postre

La cosa es que en las comidas y cenas de mi familia valenciana se come lo que no está escrito. Un menú típico incluye aperitivos (Patatas fritas, aceitunas, pepinillos), entrantes (Pan con Foie; ensalada, mucha ensalada, con lechuga, tomate, queso de cabra, nueces y hasta bacon; queso manchego; jamoncito), plato principal (raciones generosas que pueden ser de pasta, hervido, pizza, pescado, etc...). Cuando estás acabándote el plato principal pensando "¡Por fin! ¡Acabo! No puedo más, ahora de postre si eso me como una uva pero nada más, que reviento". Cuando estás acabando, descubres con pavor, que eso no era el plato principal ¡Era el primer plato! ¡Lo que tú normalmente te comes nada más sentarte a la mesa, aquí te lo comes después de media hora de entrantes y aperitivos! ¡Ahora viene el pavo! (O paella, cuscus, fideuá o porras en vinagre)
¿Crees que el postre será ligero? ¡Pues no! ¡Es un helado de estos de barra! Lo han comprado de turrón espcialmente para tí, como les digas que no quieres la lías parda. Solo queda una opción, que es aceptar tu funesto destino y disfrutar del delicioso helado de turrón...

...Ghhaaaaaaahhhh... ...Helado de turróóóóóóón...

...¿Qué decía? ¡Ah si! ¡El helado! Te lo has terminado. Aun no has empezado a preguntarte como cojones sigues con vida cuando alguien dice. "¡Vamos a los italianos! ¡Os invito a una horchata!"...

¡¡A eso me refiero!! He ideado una técnica para no tener que acabar esas comidas familiares con el cinturón aflojado y con dos o tres botones del vaquero desabrochados.
Son dos sencillas directrices.

1. Hay contar 10 segundos entre tenedorada y tenedorada, vas a estar comiendo durante muuuucho rato, tómate tu tiempo, no te preocupes porque no te vas a quedar con hambre.
Puedes utilizar esos 10 segundos para participar en las conversaciones, pensar en cosas ingeniosas que decir o idear planes malvados.

2. Muuuucha agua: Cuando veas que no se te ocurre nada ingenioso que decir bebe agua, es útil para dos cosas. Sirve para hacer algo mientras dejas pasar los 10 segundos sin que parezca que no te gusta y también sirve para llenarte el estómago. Cuanto más lleno te notes, menos te apetecerá comer. Si te llenas de agua esa sensación desaparcerá después de la comida en cuanto vayas al baño, como te llenes de comida, esa sensación durará hasta el lunes de la semana que viene.

Vaaaaale, se que no es una gran teoría. Pero es que es la primera vez que vuelvo de Valencia sin 2 kg más que cuándo me fui.

Tengo dos teorías más, pero he de irme. Voy a dejar esto publicado y las siguientes os las dejo mañana o pasado.